Hola! Lo primero y antes de nada, daros las gracias por todos vuestros comentarios en el Blog siempre que tengo una receta nueva, pues no sabéis la ilusión tan grande que me hace, saber que mis andaduras por la cocina ¡os gustan! Mil gracias!
Y ahora os cuento la receta que traigo hoy. Una receta que me parece perfecta para un aperitivo, o como entrante, aunque ¿porqué no, como un picoteo en una fiesta? Yo la preparé este finde para un picoteo familar y gusto muchísimo!!
Además acompañada de un buen vino, esta receta ¡seguro que os gusta y mucho!
Y lo mejor de todo, que es lo que a mí más interesa (jijijiji!!), es que apenas tardaremos en prepararla y eso es un punto a nuestro favor, cuando se trata de preparar algo con poco tiempo, cuando de repente sabemos que tenemos invitados, ¿verdad?.
Además el ingredientes principal, que son los tomates, son un producto que podemos encontrar con facilidad siempre en los supermercados, asique no tenemos excusa para no prepararla!!
Vamos a ello....
Ingredientes y elaboración:
☼ Con las cantidades que os indico, os saldrá aproximadamente unos 700 gr de Mermelada.
650 gr Tomates maduros (Eue estén blanditos, pero tampoco en exceso. Y muy rojos)
180 gr Azúcar moreno
70 gr Azúcar blanca
1 Cucharadita rasa de Canela en polvo
1 Trozo de Jengibre fresco rallado, del tamaño de la yema del dedito gordo!
1/2 Cucharadita de sal
4 Cucharadas de Vino Pedro Ximénez
Lavamos bien los tomates y los pelamos. Con cuidado para no llevarnos la carne del tomate.
Por eso a la hora de elegir los tomates para hacer la mermelada, intentar que no estén demasiado blandos para que no os resulte muy difícil pelarlos.
Una vez listos, los cortamos en trozos.
El tamaño dependerá de como queráis que quede luego en la mermelada.
Yo suelo cortarlos no muy grandes y después, cuando ya está casi elaborada la mermelada en la cazuela, que le queda poco por hacerse, los aplasto un poco. De esta manera, encontraremos trozos, pero pequeños y algunos quedarán casi deshechos por completo. Lo hago con la espumadera de la cocina, pero no la redonda, sino que utilizo una que es rectángular y en vez de agujeritos, tiene rayas.
Cuando ya los tengáis cortados, los echáis en una cazuela y añadís el resto de los ingredientes.
Colocamos la cazuela en el fuego, a una temperatura media.
Tardará en hacerse unos 20-30 minutos aproximadamente y deberemos de estar pendientes y remover de vez en cuando, para que no se nos pegue, sobre todo al final, por el azúcar.
Sabréis que ya está hecha, cuando el caldo que han soltado los tomates se ha reducido casi por completo, y notaréis ya ese aspecto gelatinoso típico de la mermelada.
Para conservarla, primero deberéis esterilizar los botes que vayáis a utilizar. Yo suelo hacerlo en el lavavajillas a la máxima temperatura.
Cuando la mermelada esté hecha, dejo que se temple un poco antes de meterla en el bote.
No suelo prepararla a modo de conserva, pues al no tardar en prepararla, me gusta hacerlo cuando vamos a consumirla.
Utilizo los botes que véis en la imágen, que previamente he esterilizado en el lavavajillas como os he dicho, y la conservo en la nevera sin problemas hasta una semana, ¡¡abriendo y cerrando el tarro cada vez que alguno tiene el gusanillo de llevarse un bocado al paladar!!
Espero que os animéis a prepararla, pues su sabor es magnífico y muy apetecible. Podéis acompañarla con queso, foie, cualquier tipo de carne,..... en resumidas cuentas...!probar con lo que más os guste!
¡Ser felices!
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