La semana pasada fué mi cumpleaños, ¡nada más y nada menos que 38 velas han sido las que he soplado! Y este fin de semana nos hemos juntado con la familia para celebrarlo todos juntos, así que para ello he preparado esta deliciosa tarta de chocolate y nada más que ¡chocolate! Pues si en algo estamos todos de acuerdo en la familia a la hora de comernos un dulce, es que chocolate no puede faltar y a esta tarta os aseguro que no le falta ni una pizca!
El bizcocho que he preparado esta vez, lo he sacado del libro Objetivo: Tarta Perfecta de Alma Obregón, uno de los que me regaló dedicado por ella en el Concurso de Canal Cocina, Recetas de cupcakes, cookies y tartas, para el que preparé una riquísima Tarta Rústica con Coulis de Frutos del Bosque. Aunque le he hecho un pequeño cambio al bizcocho, y es que en vez de utilizar para el almíbar Coñac, yo me he decidido por Ron.
En cuanto a la cobertura, he utilizado una Ganache de Chocolate Negro, de la que ya me encargué yo, cuchara en mano, que no sobrase nada de nada en el bol!!
TARTA DE CHOCOLATE Y....CHOCOLATE
♥ Ingredientes y elaboración:
Como os he comentado, para esta ocasión me he decido por un bizcocho de Alma Obregón. Sin duda un bizcocho que está más que rico, pues queda muy aireado, jugoso y sobre todo muy chocolateado!
Y para elaborarlo he utilizado un molde de 17 cm.
Para el bizcocho:
80 ml Aceite de Oliva suave
250 gr Azúcar blanca
150 gr Harina de repostería
50 gr Cacao en polvo
2 Cucharaditas de levadura en polvo
2 Huevos camperos
150 ml Leche desnatada*
1 Cucharadita de Vainilla Bourbon en pasta
150 ml Agua hirviendo
Para el relleno y cobertura:
150 ml Nata 35% mg
400 Chocolate Negro Postres de Nestlé
Para el almíbar:
120 ml Agua
120 gr Azúcar blanca
70 ml Ron
Cobertura de trozos de cocholate negro y blanco (Los he comprado en el Lidl)
* Podéis utilizar también semi o entera.
* Referente a los moldes, si sólo tenéis uno, os cuento un poco más abajo como hornear sin necesidad de tener más de un molde de cada medida.
Precalentamos el horno a 180°, con calor arriba y abajo.
Engrasamos un molde o dos* y reservamos.
En un bol tamizamos la harina, junto con la levadura y el cacao.
En otro bol batimos el aceite, azúcar y huevos. Cuando estén bien integrados todos los ingredientes, incorporamos la mezcla de harina que teníamos reservada.
Batimos de nuevos todos los ingredientes, y por último incorporamos la leche, la vainilla, y el agua hirviendo.
La masa como bien explica Alma, queda muy líquida, pero no os preocupéis que sale un bizcocho para morirse de rico!.
Si sólo tenemos un molde de cada medida, como es mi caso también, lo que haremos será pesar la masa y dividirla en dos. Horneamos un primer bizcocho durante unos 25 minutos y cuando esté listo, lo sacamos y dejamos sobre una rejilla. Pasados unos 5 minutos desmoldamos y mantenemos el bizcocho sobre la rejilla.
Lavamos nuestro molde, engrasamos de nuevo y horneamos la otra mitad de la masa. Mientras el primer bizcocho se está haciendo yo suelo tapar bien el resto de la masa y si estoy en verano, mantengo la masa en la nevera y en esta época del año en la que estamos ahora, la mantengo fuera a temperatura ambiente.
Pues dicho esto, horneamos la segunda mitad de la masa unos 25 minutos y hacemos lo mismo que con la otra.
Mientras se hace el primer bizcocho, lo que haremos será ir preparando el almíbar. Ponemos todos los ingredientes en un cazo y llevamos a ebullición durante unos 5 minutos. Retiramos del fuego y dejamos templar un poco.
Cuando hayamos sacado el primer bizcocho del horno y le hayamos quitado el molde, lo pinchamos con un palito por toda la superficie y con la ayuda de una brocha pintamos bien todo el bizcocho con el almíbar.
Cuando saquemos el segundo bizcocho, haremos exactamente lo mismo que con el primero y reservamos.
Ahora toca preparar la Ganache y para ello en un cazo, ponemos la nata y cuando comience a hervir, la retiramos del fuego y le añadimos el chocolate troceado. Removemos poco a poco hasta que el chocolate se haya derretido por completo.
Dejamos templar un poco la ganache y comenzamos a montar nuestra tarta.
Sobre la base untamos un poco de ganache para que el bizcocho se sujete bien.
Colocamos el primer bizcocho y sobre este añadimos una buena capa de ganache de chocolate.
Colocamos el segundo bizcocho y añadimos una nueva capa de chocolate que a su vez iremos repartiendo por toda la tarta para cubrirla completamente con el chocolate.
Metemos la tarta en la nevera una media hora y la sacamos, para volver a cubrirla con una capa más de chocolate.
Por último ya sólo nos queda echar por encima los trocitos de chocolate blanco en la parte superior y chocolate negro en la parte de abajo para decorar.
La mantenemos en la nevera hasta unas dos horas antes de servirla y ¡lista!
Si sois muy chocolateros, os puedo asegurar que esta tarta no os dejará indiferentes, y estoy convencida de que repetiréis seguro!
¡Ser felices!
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